Capítulo IV

Acaban de volver algunos de los cruceros que recogieron a unos supervivientes de la escuadra thorbod y aunque parece increible resulta que nuestros enemigos tienen un nivel tecnológico parecido al de la primera aparición del hombre gris sobre la tierra, del tiempo en que el "Rayo" combatió con ellos. De todas maneras parece que recogimos un bote de salvamento con un almirante thorbod. A ver de lo que logramos enterarnos.

El profesor Ferrer me acaba de confirmar que una gran parte de las emisiones del tercer planeta del sistema solar al que arribamos están en el idioma rescatado por los Balmer. Por lo tanto allí hay terricolas o eso parece. Más extraño aún, una pequeña parte de las emisiones que captamos están en nuestro idioma.

El tercer planeta, además, según todos los datos que hemos podido obtener parece un calco de la tierra. He enviado un crucero para que investigue mientras cruzamos lentamente la orbita de todos los planetas del sistema.
Se trata de no dejar ningún thorbod detrás de nuestro avance. Aunque es más que dudoso que puedan hacer algo contra nosotros.

No bien hemos reiniciado nuestra andadura recibimos un mensaje procedente de una de las lunas de uno de los planetas mayores, el más lejano al sol. Procede de una base thorbod, ruegan a la armada nahumita que les acepte la rendición con la única condición de dejarlos con vida.
¡Nos han tomado por la armada imperial nahumita! Una armada que dejo de existir hace milenios. Mi asombro es grande.

Mientras miro la pantalla donde brilla el sol, a cuyos planetas nos dirigimos, el comandante Luis Izquiaola, jefe de nuestro servicio de inteligencia, encargado de interrogar a los thorbod capturados viene casi corriendo hacia mí.

El contralmirante F. Bonal

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